SANIDAD VEGETAL. Las enfermedades de los frutales. El otoño, una estación peligrosa. Terapéutica recomendable en esta época.


La caida de las hojas de los árboles es un indicador recomendable
para aplicar fungicidas en frutales y evitar, así, la aparición de
enfermedades peligrosas en primavera y verano.

El otoño es una de las estaciones más peligrosas para el desarrollo de enfermedades de frutales, y por ello, en esta época, es preciso pulverizarlos con terapéuticos específicos para evitar que luego, en primavera o verano, aparezcan enfermedades difíciles de controlar.
Los fitosanitarios recomendables son los derivados de cobre (carbonato, oxicloruro, sulfato…de cobre). Estos productos se adhieren al vegetal de forma parecida a una pintura, tapizan las superficies de los distintos órganos, se introducen entre las resquebrajaduras más estrechas, y actúan como protectores frente a los patógenos; por ello se recomienda mojar muy bien el árbol, a fin de que éste “chorree” por el vegetal de arriba abajo. No obstante, estos derivados cúpricos tienen una débil acción fungicida contra algunos patógenos (Phomopsis amygdali, Monilia spp….), en cuyos casos se recomiendan otros fitosanitarios (captan, mancoceb, maneb…); por lo que si no hay un especialista cerca a quien recurrir, lo más práctico es elegir un formulado que contenga ambos productos (derivado cúprico+mancoceb…).
En frutales de hoja caduca se suele utilizar una solución de urea (10 kg de urea del 46% en 100 l de agua), pulverizando, además de la copa del árbol, las hojas que ya han caído al suelo. Con esto se acelera la descomposición de las hojas en el suelo, evitándose la formación de la fase telúrica de los hongos.
El momento recomendable para aplicar estos fitosanitarios es, en el caso de frutales de hoja perenne (olivo, cítricos, chirimoyo…) antes de que se generalicen las lluvias, en el caso de hoja caduca (cerezo, ciruelo, manzano…) cuando hay un 50% de hojas caídas y cuando ya lo han hecho todas (en el caso de que sólo se pueda intervenir una sola vez, es recomendable hacerlo con el 75% de hojas en el suelo).
(Para más información consultar el libro "La Sanidad de los Vegetales Cultivados")

Fig. y texto de José Del Moral De la Vega

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