PARA CONOCER HAY QUE APRENDER A VER

Villanueva de la Reina está asentada sobre riquísimos yacimientos arqueológicos que constituyen una parte importantísima de su patrimonio cultural. 

Hay personas que están toda su vida pasando por delante de la puerta principal de la catedral de Sevilla y no serían capaces de decir si la escultura de san Pedro está a la derecha o a la izquierda; o aquellas otras que viven frente a la ribera del Guadalquivir y no podrían afirmar que los árboles que predominan son sauces o álamos. Estas personas se podrían calificar, aún teniendo la vista en perfecto estado, como ciegas, porque mirando a su alrededor no ven lo que hay.
Tanta es la importancia de la vista en el conocimiento profundo de las cosas, que el humanista Vives decía que el camino para aprender a amar es aprender a ver, y Cezanne, antes de empezar a pintar un paisaje, pasaba largos periodos tratando de “ver” los olores y los sonidos, y solo cuando los había “visto” comenzaba la obra.
Pero en los ambientes hay mucho más que sonidos, sabores y colores ¿Qué vemos en la actitud de un joven ayudando a un anciano, en la de un abuelo enseñando a su nieto, en la de unos adolescentes enredados en su primer amor…? Realmente, no sabemos muy bien lo que vemos en todo eso, pero nos emociona, y esa emoción será más o menos fuerte según hayamos aprendido a ver.
Este año, en Villanueva de la Reina, un grupo de más de cuarenta jóvenes universitarios procedentes de diez universidades españolas, dirigidos por unos arqueólogos, han trabajado en unas excavaciones alrededor del lugar de santa Potenciana; ello, sin otra recompensa que su satisfacción por los descubrimientos realizados. Verlos arrastrados por el suelo en pleno verano, envueltos en sudor y polvo, pero capaces de vibrar de emoción al encontrar un trocito de cerámica labrada o un candilico romano, es algo que devuelve la confianza en una juventud española vocacional y sacrificada.
El año próximo, cuando se reanuden estas excavaciones, los padres de Villanueva con hijos pequeños deberían llevarlos allí con la intención de que “aprendan a ver”, más que unos descubrimientos arqueológicos, unos jóvenes comprometidos con su cultura, porque eso es, verdaderamente, emocionante.  

Imagen y texto originales de José Del Moral De la Vega

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